Gracias por abrirme los ojos, alejar todo eso de mi y por prevenirme. Nunca más bajaré la guardia. Nunca más dejaré que nadie me tumbe. Juro que nunca más le daré a nadie el derecho de derribarme.
Gracias por recordarme que la bondad y la sinceridad, hoy en día, se encuentran casi inexistentes.
Y gracias por traer a mi vida la gran excepción. Gracias, porque a pesar de todo lo malo que hay en este mundo, de toda la triste verdad que me mostraste, trajiste a mi la gran esperanza para que tenga siempre presente que debo permanecer fuerte ante las adversidades, y que no debo dejarme llevar por la mayoría. Que no debo perder la fe, por más que la sociedad se esfuerce en arrebatármela. Gracias por poner en mi camino ese motivo por el que la vida siempre valdrá la pena.
Gracias por darme la paz y la luz, te prometo que haré todo lo que esté en mi mano para conservarla durante el nuevo año que entra, durante todos los años de mi vida y durante todos los años de todas mis vidas.
También prometo no olvidarte nunca, querido año, es mucho lo que me has dado, es mucho lo que me has quitado, y es mucho lo que he aprendido. Sin embargo hoy, gracias a ti, soy feliz, soy mejor persona. Es un buen final, y un grandísimo comienzo. Ahora llegó el momento de mejorar.
2013, te espero ansiosa. Bienvenido seas.