Y una vez conquistamos la tierra que pisábamos, soñamos con hacer nuestro el cielo. Soñamos. Ambas. JUNTAS.
Compartimos amaneceres, y anocheceres. Incluso los sentimientos. Tú estabas triste, también yo. Tú reías...pues eso. Que yo también lo hacía. Fuimos capaces de fundirnos en una sola idea, una sola mente. Ser una sola persona, aunque en cuerpos distintos. Siempre igual.
Y aún recuerdo aquel día en que enjugaste mis lágrimas en tu hombro, y supiste darme el abrazo que necesitaba.
Pero... ¿qué pasó? ¿Alguien lo sabe?
Tristemente, también guardo en mi memoria la imagen, tierna y borrosa, de tu figura desdibujada en el horizonte. La atmósfera impregnada de nostalgia. Un adiós que inundó mis ojos y mi alma.
No sé el motivo, pero aún siento el dolor reciente.
Te fuiste, amiga mía, y quizás me traicionaste. No puedo evitar sentirme perdida ahora.
Te marchaste, con tu amistad pura y reparadora, finalmente, dejándome sola.
Preciosa:D me ha encantado la entrada muchas gracias, aunque no hacía falta que pusieras mi blog. Un beso:D
ResponderEliminarDe verdad te gustó? xD No la escribí con muchas ganas la verdad.. jeje
ResponderEliminarY si quieres quito la direccion del blog, que por mi... xD
un beso a ti tambien! :D