Que si vienes, te invito a una copa, te dedico una noche, y me cuentas, o me cantas, qué hay de tu vida, qué hay de los sueños que no pudiste cumplir. Yo te hablaré de mis días perdidos, de mi locura y mi cordura, de que me volví fugitiva. Y cuando se te canse la lengua de charlar y charlar, te cedo mi hombro, mi cuello, mi alma, mi todo. Muérdeme si te hace falta, tómame muy poco a poco.
Prometo reírme, quererte. Prometo hacerte volver mañana, si quieres, si vienes...
Si vienes.
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