domingo, 22 de mayo de 2011

Renacer.

No pienso caer, vencida, sobre el polvo que yo misma dejé en mi camino. No voy a permitirme tal lujo.
Tampoco se me ha pasado por la cabeza llorar en el momento propicio, cuando lo más normal sería dejar brotar tus lágrimas, haciendo público tu sentimiento más doloroso. Porque sería demasiado sencillo. Porque sería demostrar mi debilidad. Aunque sé que los valientes son aquellos que lloran con la cara descubierta.
Pero es que, lo siento mucho, eso no va conmigo
Así que cuando me sienta insegura, sola o pequeña, y vea que ya no puedo hacer nada para seguir avanzando, renunciaré a la derrota, optando por algo mucho mejor.
Renacer.
Dejaré atrás lo que hice para ser otra persona. Una que no tenga los defectos de la anterior, ni tropiece con la misma piedra una y otra vez, ni tema los mismos monstruos. Una luchadora excepcional. Nueva y mejorada.
Y lo haré todas las veces que sea necesario, hasta que logre recorrer el camino que yo misma me he dictado.
Eso es, hoy pienso RENACER.



sábado, 14 de mayo de 2011

jueves, 12 de mayo de 2011

Por esos días en los que todo cuesta el doble.

Debates internos entre tú y tu misma en un día en el que sentimos que nuestro deber más importante es NO HACER NADA:

Buuf... ¿Levantarme del sillón?
¿Ahooooooraaa?
¿Es necesario?
Buuf...
Tengo que hacer la tarea, ¡qué asco! Y encima debo empezar el trabajo ese, tan aburrido.
Buuf...
Con lo agustito que se está aquí, en el sofá, viendo la tele, con mi chándal favorito.
Y después tengo que ir a hacerle un recado a mi madre
Pero, ¿tiene que ser ahora, mamá?
Si, tiene que ser ahora, necesita el azúcar urgentemente.
Buuf...
¿Por qué hoy todo es tan... tan...costoso? ¿Estaré empezando a hibernar?
Ummm... Qué programa tan interesante. Es uno de esos de preguntas y respuestas. ¿La capital de Lituania?
Si, será eso, que voy a hibernar. Seguro. Como los osos. Vi en un documental que comen un montón durante el paso de verano a invierno, para no morir de hambre durante el periodo de descanso.
La chica acertó, la capital de Lituania es Vilna. No me acordaba, y eso que lo dimos en clase hace poco.
¿Habrá galletas en la despensa?
Pero no, no y no, tengo que ir a hacer la tarea. Sí, venga, me voy a levantar ahora mismo.
Pero...¿Ahoooooora?
Buuf...
Venga, un ratito más y me despego del sofá, en cuanto acabé de hablar ese presentador tan guapo.

lunes, 9 de mayo de 2011

Otra vez.

Justo cuando perdí la esperanza. Justo en el momento en que decidí abandonar, pasar página, rendirme ante las circunstancias de la vida, ahí estaba yo.
En el punto de salida, con las mismas ganas que la primera vez. Fantaseando con el camino que iba a recorrer.
Planeando mis próximos movimientos, ilusionándome con el porvenir como si de una partida de ajedrez se tratase. O como si fuera un cuento. Sí, eso es, ¡un cuento!
Sonriendo igual que antes, dispuesta a alcanzar mi propósito sin importar lo que eso pudiera costarme.
Llena de una energía desbordante.
Sí, en el preciso momento en el que decidí fugarme del presente y olvidarme del pasado, forjarme un nuevo futuro, ocurrió lo que esperaba. Lo que deseé desde el primer momento.
Sin poder evitarlo, allí estaba yo. Otra vez.

martes, 3 de mayo de 2011

¡Cuánta variedad!

Caminando.


Allí está él. Es moreno, o es rubio, puede ser alto o bajo, también podría tener una sonrisa bonita. Pero eso no importa demasiado.
Me resulta gracioso su manera de andar, mirando al suelo, ¡cómo si se fuera a caer! Lleva unos auriculares negros. ¿Qué clase de música estará escuchando?
No puedo evitarlo, y sonrío. Me mira de reojo, tímido, y ve cómo lo hago. Vale, creo que se ha puesto rojo.
Camina más rápido, ¡cómo si fuera a moderle! Ya no lo veo.


Dos pasitos más tarde...
Lo primero que me llama la atención es su grandísimo bolso rosa. Luego me fijo en que lleva unos tacones enormes, del mismo color. Atrevidos, rompen el silencio de la calle con su monótono "Toc, toc, toc..."
La chica tendrá unos 16 años, aunque intente aparentar más, su rostro aniñado le delata.
¿Cuánto tiempo habrá pasado frente al espejo para conseguir ese peinado? ¿Y para maquillarse...?
Me pregunto con quién habrá quedado.
"Toc, toc, toc..." Sus tacones, junto con ella, se alejan, hasta desaparecer.


La calle, ahora, se llena de un sonido dulce, infantil. Una niña pasea, junto a su padre, un perro. Éste posee un pelaje frondoso. Sobre su cabeza lleva hecha una coleta. La sujeta una goma de color azul.
Ella ríe, divertida ante el comportamiento animado y juguetón del pequeño animal. Me viene a la cabeza la chica del bolso y los tacones rosas. ¿Por qué tanto esfuerzo por crecer?


Más tarde me encuentro con un muchacho. Camina despacio, exhibiéndose, chuleando. Recuerdo al primer chico... no tienen nada que ver.
Su mirada es altiva, sus ojos analizan a todo el que pasa. De arriba a bajo.
En su cara forma una mueca, y creo que sonríe... creo.
Me ha visto.
Ahora, parece que se burla de mí. Suelta una carcajada. ¿Qué clase de carcajada es esa?
No, no ríe. Sólo lo finje.
Así, a simple vista... diría que es gilipollas.
Ni le miro. Al igual que el resto, se pierde al final de la calle.

Llego a mi destino.
¡Cuánta variedad!



lunes, 2 de mayo de 2011

El mundo...

Hace unos días, sinceramente, no recuerdo cuántos, mis ojos miraban totalmente diferente. Poseían un brillo "especial". Aquéllo ya no era tan complicado, y hacer lo otro no era tan difícil. Es más, era muy sencillo. Solo tenías que sonreír y hacerlo. Ya está.
Hace un par de días, todo era perfecto. Las cosas estaban en su lugar, encajaban sin esfuerzo. ¡Y qué divertido era saltar, eliminando todas y cada una de tus preocupaciones, mientras sonaba de fondo tu canción1
Hace un par de días...
Pero entonces, de repente, todo perdió sentido. Ya nada era igual. Ni siquiera esos días. 
Juraría que mi realidad se volvió del revés, y que yo, ya no era yo. Que ya nadie era nada. Un pensamiento, una palabra, un gesto... y todo se volvió más costoso. 
Hoy, el hace unos días, parece lejano... muy lejano.
Hoy, el mundo es totalmente distinto.
Hoy, mi mundo dejó de ser nada.